viernes, 23 de febrero de 2007

Yo me llamo Gran Canaria

Realmente no sé desde cuando, ni porqué, ni de qué manera fue, lo cierto es que gracias a las desafortunadas declaraciones de un ser de todo punto despreciable –alias pepito grillo– ¿que no saben de quien hablo?, si hombre, ni más ni menos que del director del periódico El Día, un mequetrefe que una vez más viene a poner de manifiesto su ignorancia y la de tantos otros que como él no encuentran –debe ser que se aburre el caballero– otro entretenimiento que acusar a Gran Canaria (con perdón lo de Gran, sr. pepito grillo) de todas las desgracias que acontecen en nuestro archipiélago. Pues miren, en realidad intentaba hacer una introducción y sin proponérmelo acabo de desvelar el motivo de esto que escribo.

Según este individuo, ¿cómo deberiamos llamar entonces a nuestra isla? Lo que no esperaba dicho personaje es que le fuera a salir el tiro por la culata, ya que si su propósito era el de revolucionar al pueblo hermano de Tenerife para reclamar el que se nos quitara el Gran del nombre de Gran Canaria, lo único que ha conseguido es que en la propia isla de Gran Canaria, los habitantes que nos sentimos crispados por tanta desfachatez e ignorancia, nos empeñemos en reivindicar nuestro nombre –algo que nos pertenece históricamente, y no es ni mejor ni peor, simplemente es así– . O a usted ¿le gustaría que le llamaran Juan?, no verdad, usted se llama José (pepito grillo para los enemigos). Por esto, sin intención de que parezca un discurso insularista, que no lo es, lo único que pido es ni más ni menos que llamemos a cada cosa por su nombre, y cuando por ejemplo nos encontramos en un aeropuerto de fuera de la isla de Gran Canaria y damos con alguien que nos pregunta a donde vamos, contestemos que a Gran Canaria, que en cualquier tipo de aviso, sea del tipo que sea, de televisión, de prensa, de radio, etc. nos refiramos a Gran Canaria como Gran Canaria, no como Las Palmas (este es el nombre de la provincia de las islas orientales), ya que si se fijan, en cualquier anuncio de cualquier medio, de alguna empresa con sede en las dos islas capitalinas, se refieren a Las Palmas y Tenerife. Así que seamos un poco rigurosos y refirámonos a Gran Canaria y Tenerife, o a Las Palmas y a Santa Cruz de Tenerife, si queremos referirnos a las provincias.

Por último un recordatorio que aunque parezca mentira creo que es muy necesario:

La isla: GRAN CANARIA
La capital de la isla: LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
La provincia: LAS PALMAS

Y tu, ¿cómo te llamas?

jueves, 22 de febrero de 2007

Otro agradable encuentro

Como ya cuenta ella misma en su comentario a mi entrada en la que hablo de Javier Ruibal, fue una gratísima sorpresa encontrarme por casualidad con Nereida, una muchachita encantadora que conocí por el bendito azar de, como no y una vez más, la música. Fue un momento muy importante el año 2001, año de conocer nueva y buena gente, y año de apertura a muchas cosas.

Un cariñoso saludo a todas aquellas personas que conocí en aquella inolvidable época. Con algunos sigo menteniendo una estrecha relación y con otros algo menos pero lo que si es verdad es que el recuerdo se mantendrá perenne en mi corazón.

"Ah del barco"

jueves, 15 de febrero de 2007

Agradable reencuentro

Hace 6 años aproximadamente conocí a través de chat a una chica muy agradable cuyo nombre es Cristina. Vive en Berna (Suiza) aunque ella es boliviana, de Santa Cruz.

Vino a visitarme a Gran Canaria y pasamos una semana muy divertida, hice de cicerone por la isla y fue gracias a ella, y más adelante contaré cómo, conocí a mi mujer, aunque curiosamente ellas no se conocen.
Después de su estancia en Gran Canaria, como no podía ser de otra manera, le devolví la visita y allá que me presenté en Berna con dos amigos. La verdad es que lo pasamos muy bien y fue una grata experiencia puesto que nunca había salido de turismo con amigos. Conocimos Berna por supuesto, Ginebra, Interlaken, Morten, Friburgo y Lucerna. La verdad es que Cristina nos acogió de una manera exquisita.

Como anuncié anteriormente voy a contar cual es la relación entre conocer a Cristina y haber conocido a mi mujer, Dunia. Era jueves por la noche y yo me encontraba con Cristina en un bar, muy pequeño pero con mucho sabor del barrio de Vegueta en Las Palmas de Gran Canaria, y en eso que entran un chico y una chica y se sitúan en la barra. Después de un rato comienza a sonar una guitarra y con la excusa de pedir una copa, me acerco a la barra y me pongo a tararear un bolero que tocaba el chico que había entrado hacía un rato. Me preguntó que si quería cantar y ahí que me arranqué yo, que como decía mi suegro, –tú vas con un cuarto de vuelta– haciendo referencia a los coches antiguos que se ponían en marcha haciendo girar una manivela. Pues lo dicho, que estuvimos cantando y bebiendo hasta la madrugada. Cuando nos despedimos, el chico de la guitarra que por cierto se llama José nos invitó a un asadero que estaba preparando para ese fin de semana. Le explicamos que no podíamos ir ya que Cristina volvía a Suiza el sábado por la mañana y yo tenía que acompañarla al aeropuerto y el resto del día lo iba a tomar para descansar.

A la semana siguiente volví al bar de Vegueta y a llí me encontré con José, que estaba con dos amigas. La cara de una de ellas me sonaba de verla por Las Palmas y de la otra sabía que la conocía del instituto, también de vista. Estuvimos juntos y nos reimos mucho, la verdad es que los pasamos muy bien. Estas chicas me hablaron de una tercera amiga, ellas siempre salían juntas, de hecho por ser vecinas y de una misma generación se habían criado juntas, resultaron ser Las Melas –apelativo de coñita con el que se refieren entre ellas–. Pues bien, la semana siguiente salieron las tres melas, la tercera resultó ser la mujer con la que años después me casé.

Pues esta es basicamente la relación que existe entre haber conocido a Cristina y haber conocido a mi mujer.

Volviendo al porque del título de esta entrada, tras mis vacaciones en Suiza seguí manteniendo el contacto con Cristina hasta que creo que ambos perdimos nuestros correos electrónicos y pasamos un par de años sin poder comunicarnos. No sé muy bien porque pero hace un par de días me acordé de Cristina y me dio por teclear su nombre en Google y me apareció un resultado en el blog de una chica que resultó ser amiga suya. Inmediatamente escribí un comentario en dicho blog contándole a su amiga la rocambolesca historia y finalmente ha sido ella la que nos ha vuelto a poner en contacto. Agradable reencuentro.

Javier Ruibal

Sin ser amigo de dar consejos, aun menos cuando no me los piden, me permito invitarles a que conozcan a un cantautor, aunque quizá definirlo de esta manera sería quedarme injustamente corto, pues cuando uno escucha a Javier Ruibal (El Puerto de Santa María, Cádiz, 1955) –y por muchos años– se siente transportado a situaciones y lugares descritos como pocas veces se ha hecho. La delizadeza de sus letras, sus melodías mestizas fruto de beber de las fuentes mediterráneo-caribeñas, junto con la sencillez para contar y cantar tan magníficas composiciones, hacen de Javier Ruibal uno de los artistas más completos que conozco, un alimento para el alma, un tónico que se vende sin receta capaz de curar practicamente cualquier dolencia, por lo menos las del alma.

Como seguramente en futuras ocasiones seguiré hablando de mi admirado Javier Ruibal, de momento les dejo una perlita, una muestra de lo que se puede hacer agitando con gracia las palabras y las melodías. Una canción "Para llevarte a vivir", que cierra su hasta ahora último disco "Lo que me dice tu boca".

Salud y suerte.


miércoles, 14 de febrero de 2007

Bienvenida

Desde este rincón atlantico deseo dar la bienvenida a todos los amantes de la vida, del mar, de la música, del vino, de los amigos, de la noche, del día, del sol, de la luna, en fin a todos los que diariamente encuentran una razón para hacer de la vida un lugar en el que poder vivir y para los que la hacen más fácil.