Miguel, Inma, Dunia y Carloscomenzaron en Madrid,
un sábado bien temprano
con Nieves, una vez más,
como anfitriona de lujo,
un viaje peninsular, ibérico y lusitano.
Lisboa era el destino,
clásica y monumental,
justo en Marqués de Pombal
iniciamos un camino
nada fácil de olvidar
por empinados paseos
que logran enamorar
al caminante curioso
que entre La Alfama y El Chiado
detiene su caminar
para dejarse embriagar
por los acordes de un fado
melancólico y lloroso.
Como olvidar a Belem
y su dulzura de nata,
con su fórmula ancestral
que cual valioso tesoro,
protegida por su Torre
a la orilla del caudal,
te ofrece su golosina
como un placer que arrebata
que vale más que un quintal
o que una mina de plata.
Te subiría al Barrio Alto,
te bajaría hasta El Rossio,
en un tranvía de madera
te llevaría a ver el río,
beberíamos vinho verde,
y embriagados y aturdidos,
como yo soy marinero
vendrías conmigo en la proa;
ahora ya sé que podría
enamorarte en Lisboa.
3 comentarios:
Lisboa... ¿para ir no? ;) Eres consciente de la envidia que despierta tu color de piel en la oficina, ¿verdad? Espero que todo siga bien, nos vemos a la vuelta.
Saludos.
Envidia es lo que tengo.
No de la sana, envidia de la mala.
Tenemos distintos puntos de vista sobre la situación actual: seguramente tú no quieres volver a la oficina y yo deseo fervientemente que vuelvas ya.
Disfruta el momento.
Soy una de las componentes de esa foto y lo que es más importante de ése increíble viaje, lleno de sensaciones, de risas y de amor. Leer tus palabras me han trasportado de nuevo allí, me emociono...
Convencida estoy de que la COMPAÑÍA fue lo mejor, tanto en Madrid como en el país vecino.
Sin duda has hecho la mejor síntesis de tan maravillosa experiencia.
¡Todos nos enamoramos en y de Lisboa!
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