domingo, 26 de octubre de 2008

Un regalo para Nieves

Querida Nieves, de repente me he acordado de una conversación que tuvimos, la última vez que nos vimos, de temática musical y de nuestros mitos como es habitual entre nosotros ya que coincidimos en muchos gustos musicales. Hablábamos de la pronunciación de algunas letras, de algunos sonidos, de lo que nos ponen. Pues bien, me apetece regalarte las ch de esta bella canción.

Un beso,

Marinero en tierra

miércoles, 8 de octubre de 2008

IM PRE SIO NAN TE


La noche prometía desde que comenzó a sonar con una contundencia arrolladora –De pronto alguna tarde te pasan calidad y de repente…–. Fue el comienzo de un concierto al que podría catalogar de entrañable. Carabina 30-30 es como han decidido bautizarse los componentes de la banda de Joaquín Sabina, que cuando no están de gira con el Maestro, se dedican a rodar sus canciones (en muchas de ellas algunos componentes del grupo comparten autoría con Sabina). Al invento lo han llamado Noche Sabinera. El espectáculo se compone de dos partes, la primera es un concierto de la banda en la que entre Pancho Varona, Antonio García de Diego y Jaime Asúa se reparten el protagonismo vocal. Posteriormente y sin descanso previo, se organiza un karaoke de lujo en el que los miembros del público que lo deseen pueden subir a cantar con tremendos músicos. Ete aquí que en un alarde de insensatez propio del abajo firmante y con la inestimable colaboración de un güisquito para templar los nervios y lo que no son los nervios, me encaramé al escenario para interpretar, no muy mal según los comentarios de un público entregado y casi tan excitado como yo mismo (claro que eran amigos, qué se puede esperar) una de las canciones de la vertiente más slowrock que más me gustan del Maestro Sabina "Aves de paso".
No puedo decir más que aparte de ser un lujo evidente el que maestros del tamaño de Pancho Varona y Antonio García de Diego, los dos historia viva del pop y el rock en España desde hace más de 20 años, sean los que lo flanquean a uno en el momento de interpretar una canción de uno de los autores más importantes de todos los tiempos, la emoción que sentí en ese momento fue tan intensa que prácticamente me olvidé hasta de los nervios que tenía instantes antes de subir al escenario. En fin que fue una noche que me dio más de lo que prometía y que no olvidaré nunca.
Gracias Dunia por animarme a subir, no hacerme ni puto caso y apuntarme.

Existe video que publicaré en cuanto me haga con él, de momento doy fe del testimonio con una foto. Gracias Eduardo.

Marinero en tierra, aprendiz de cantante de rock.